La comida y lo erótico han sido históricamente relacionados por muchísimas culturas a lo largo del planeta; sabores, texturas que recuerdan o enaltecen los de una piel real, u otros tantos que son ingeridos para aumentar el deseo sexual… En fin, es indudable que el sexo ha estado ligado siempre a ciertos alimentos. Sin embargo, existe un país cuya cocina incluye casi obligatoriamente un ingrediente afrodisiaco que se relaciona con esta tendencia erótica desde hace siglos. Hablamos, por supuesto de la relación entre el erotismo y la cocina italiana.
Casanova y la afrodisiaca comida italiana
Se sabe que Casanova era sumamente cuidadoso con su alimentación y que incluía en ella constantemente ingredientes que se relacionan comúnmente con los afrodisiaco, tales como la albahaca (conocida en Roma como la hierba de los enamorados), las setas de Génova (famosas por su poder afrodisiaco), chocolate (que se conoce por aumentar el “vigor”) e incluso ostras, que disfrutaba de sorber del pecho de sus amantes. También las trufas eran consideradas por Casanova (y por muchos) como el ingrediente de mayor erotismo en la cocina italiana, ya que se decía que hacía perder el control a los comensales. Por último, aliños y frutas como el pimiento italiano, la uva verde, el aceite de oliva, eran de los predilectos a la hora del erotismo.
Es este personaje tan conocido del erotismo italiano el que acrecentó ese concepto actual de la sensualidad y la comida en Italia: los rituales eróticos como cocinar sin ropa o comer sobre el cuerpo desnudo del amante, así como los ungüentos y brebajes utilizados antes de las relaciones para aumentar la potencia sexual, han hecho de la cocina italiana un referente erótico común. Lo que hoy vemos como normal dentro del mundo del porno gratis diario era considerado un arte erótico asociado al placer por comer. Transgresor, eso si.
Erotismo en la cocina italiana, ¿mito o realidad?
¿Es posible que la química de un alimento altere la nuestra de forma tal que aumente las capacidades o deseos sexuales? La verdad es que poco se ha podido aclarar al respecto y la tendencia general suele ser que todo es un efecto psicológico. En dicho caso, los italianos, que ya llevan esa carga erótica de ser potentes y sensuales, pueden haber atribuido una conducta socio-cultural desarrollada desde los tiempos de Calígula o antes a la cocina de su país. Sin embargo, cuando se trata de erotismo, sea mito o realidad, una buena cena italiana acompañada del Casanova perfecto siempre se convertirá en un gran afrodisiaco ¡A que sí!